“No tengo nada en contra de la doctora (Rossana) Chahla, lo que puse en mi celular no fue más que un apoyo a mis compañeros de repartición despedidos, no a los desconocidos que causaron problemas, que eran unas 60 personas. En la planta municipal nos conocemos todos”, explicó Julio Ricardo Rocha (40 años), el acusado de haber amenazado de muerte a través de Whatsapp a la intendenta Chahla. A raíz de la denuncia radicada por el fiscal Municipal, Conrado Mosqueira, la Fiscalía de Atentados contra las Personas a cargo de María del Carmen Reuter investiga el caso.
Según la investigación y las pruebas aportadas por Mosqueira, Rocha habría enviado mensajes intimidatorios en grupos de empleados municipales. Además habría circulado una foto suya con un arma en la mano. La Policía allanó la casa del sospechoso e incautó su celular, pero no encontró el arma. En entrevista con LA GACETA, el acusado reconoció que la foto es real, pero aclaró que no tenía nada que ver con una amenaza y que se trataría de una pistola de juguete. “Nunca tuve ningún problema con la Justicia, para pasar a planta permanente me exigían certificado de buena conducta y de reincidencia”, aseveró.
En su descargo, Rocha indicó: “el viernes 1 me dijeron que salía un PDF anunciando despidos. El domingo publiqué unas cosas desde mi teléfono apoyando a mis compañeros despedidos. Nada más. No hubo ninguna amenaza a la intendenta, no mandé ningún audio ni video. Sí reconozco que soy yo quien aparece en una foto con un arma, pero es de juguete y es viejísima. Puse de estado esa foto, pero eso no tenía nada que ver con la señora Chahla. Desde el momento en que ella llegó a la repartición nosotros la escuchamos y aplaudimos”. El imputado agregó que hubo personas que, con la intención de sacar alguna ventaja, lo señalaron. “Ensuciaron mi nombre, hoy me hacen ver como a un criminal. Solo le pido a la intendenta que escuche mi campana”, agregó.
El ex empleado municipal explicó que viene trabajando desde 2001 -por fuera- haciendo recolecciones para la Municipalidad, pero que desde 2017 fue contratado por el intendente Germán Alfaro. “Siempre trabajé en mi repartición, no fui un ñoqui. Trabajé solo un año con Valeria Amaya (ex secretaria de Espacios Verdes), luego pasé a trabajar en la Intendencia. Con Amaya no tengo ningún vínculo desde hace tiempo”, aclaró.
Mientras espera poder tener la oportunidad de hablar con la jefa municipal y de poder aclarar su situación judicial, Rocha admitió que debió buscar alternativas para el sustento de su familia. “Estoy cocinando pan casero en mi casa y salgo a vender. No pierdo la esperanza de poder recuperar mi puesto, pero es muy probable que tenga que ir a trabajar a Río Negro para la cosecha, porque tengo tres hijos y dos van a la escuela, tendré que renovar uniformes y útiles”, concluyó.